La editorial Torremozas publicó recientemente (octubre de 2017) el último libro de Mar Martín Martín, titulado Engranaje. Mar Martín Martín es mi mujer. Y en las presentaciones del libro o en las conversaciones con amigos, muchos me felicitan, “enhorabuena, por la parte que te toca”, me dicen. A veces tengo dudas de que, en el caso de que yo fuese el autor, ella recibiese tantos parabienes.
¿Pero cuál es la parte que me toca? Descartando el inexistente beneficio económico (malos tiempos para la lírica) y aparte de haber sido testigo del proceso de gestación de este libro que Mar no escribió para que fuese libro ―y tal vez por eso lo es―, y más allá de la alegría compartida bajo el mismo techo al conocer el interés de Torremozas, primero, y de La Isla de Siltolá días después en publicar el manuscrito, nada más me corresponde. Tal vez quienes me dan la enhorabuena sospechen que algo tenga que ver en la creación del texto, pero se equivocan: el texto es fruto de la exclusiva minerva de su autora, que durante algo más de tres años escribió, reescribió, corrigió y volvió a corregir los textos que, como sacos terreros, oponía la escritora al mar de la ausencia de su padre y a la pérdida de su particular paraíso, para, de ese modo, ganarle tierra firme a tan peligrosa marea. En ese sentido, su elaboración bien puede decirse que ha sido tarea de holandeses.
Tal vez otros de los que me felicitan piensen que la parte que me toca es la del privilegio de conocer todas las claves del libro. A quienes así piensen, debo aclararles que, por fortuna, yerran y que ojalá nunca sea cierta su aseveración. Ojalá jamás tenga todas las claves ni todos los porqués de Engranaje. Porque quiero pensar que ese libro es el espacio que Mar Martín ha creado para levantar sobre el solar un cuarto propio, cuya entrada ha de estar vedada a todo quien pretenda franquearla. Esa habitación propia en la que ella disponga su orden o su caos, y guarde todo lo que el centro de su ser engendra en forma de imaginación, fantasías, miedos, odios y deseos que ni siquiera yo ―o sobre todo por ser yo― debo conocer. No faltarán críticos literarios que, como esas vecinas chismosas que pican a la puerta so capa de pedir cualquier condimento, intenten meter el pie en la casa ajena y escudriñen, olisqueen, revisen y juzgen el interior de la vivienda, el color de las paredes, la disposición de los muebles, el acierto en la elección de la tapicería o el olor del hogar. Pero nunca entenderán las relaciones y aconteceres vividos en ese espacio que les es ajeno. Las claves de Engranaje no han de ser las de su escritura, sino las de la lectura de todo aquel que se acerque a este libro y sienta la curiosidad de encontrar en sus páginas las imágenes, creadas con el adobe de las palabras, que le orienten en la búsqueda de su propio paraíso perdido.
Ficha del libro:
Título: Engranaje.
Autora: Mar Martín Martín.
Editorial: Torremozas.
Lugar y fecha de publicación: Madrid, octubre de 2017.
64 páginas.
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